Hoy como ayer, el paramilitarismo. Caravana por la Paz, la Vida y la Permanencia en el Territorio
La Caravana Humanitaria por la Vida, la Paz y la Permanencia en el Territorio realizada en Colombia, entre julio y agosto de 2024, recorrió el Oriente antioqueño, Sur de Bolívar, Arauca, Chocó y Suroccidente. Fue una iniciativa realizada por solicitud de las comunidades y de las organizaciones sociales que trabajan con ellas, en la que participaron más de 100 organizaciones nacionales e internacionales.
Su objetivo principal se centró en visibilizar la emergencia humanitaria causada por el conflicto social y armado, que afecta a diversas comunidades colombianas, especialmente, a las poblaciones más vulnerables; mujeres, jóvenes, líderes sociales y personas defensoras de derechos humanos.
Durante el recorrido, se recogieron testimonios sobre la grave violación a los derechos humanos (DDHH) y se promovió la solidaridad internacional entre los pueblos.
Objetivos y actividades:
1. Promoción del diálogo entre las comunidades y participantes.
2. Asistencia humanitaria con brigadas médicas.
3. Recopilación de testimonios y monitoreo de la situación de los DDHH.
4. Visibilización de necesidades específicas, como las de las mujeres.
5. Fomento de la solidaridad internacional y la cooperación institucional.
La Caravana Humanitaria durante los recorridos sufrió amenazas y ataques por parte de grupos paramilitares, lo que deja en evidencia las dificultades de defender los DDHH en el contexto colombiano. Los incidentes ocurridos incluyen intimidaciones y acoso, violando principios fundamentales del Derecho Internacional Humanitario (DIH). Deja, también, en evidencia que la situación de vulnerabilidad en la que viven las comunidades visitadas se agrava como consecuencia de la invisibilización mediática y la negación por parte de autoridades locales sobre la presencia de grupos paramilitares.
A pesar de la zozobra y el miedo que quieren sembrar con las amenazas constantes, la Caravana logró documentar la situación, en aspectos que dan cuenta del abandono histórico por parte del Estado en estas regiones, que ha llevado a un deterioro progresivo en la calidad de vida de las comunidades, así como el aumento sistemático de las violaciones a los DDHH y la presencia y reconfiguración del paramilitarismo.
También se logró evidenciar la Emergencia Humanitaria y la violencia estructural que persisten en varias regiones de Colombia. El informe revela la precariedad de las condiciones de vida de las comunidades afectadas, la ausencia de respuesta efectiva del Estado, y cómo las comunidades enfrentan el despojo territorial impulsado por intereses económicos y políticos.
La Caravana Humanitaria fue un ejercicio de protección, promoción y defensa de los derechos humanos protagonizado por organizaciones de la sociedad civil y personas defensoras de los DDHH, realizado a la luz de la “Declaración sobre el derecho y el deber de los individuos, los grupos y las instituciones de promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales universalmente reconocidos” (ONU, 1999).
Las actividades realizadas constituyen una muestra de autoprotección de las comunidades en materia de Derechos Humanos y también, un desempeño de veeduría y participación ciudadana, alineada con: los principios y objetivos de la política de Paz Total, el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 «Colombia Potencia Mundial de la Vida», el Acuerdo final de Paz de 2016 entre el Gobierno Nacional y las FARC–EP y con diferentes acuerdos sobre acciones y dinámicas humanitarias alcanzados entre el Gobierno y las insurgencias armadas. Pero fue, principalmente, una práctica de poder popular en el que las organizaciones sociales asumieron, desde los territorios, el reto de gestar la Caravana de manera autónoma, ante la falta de respuesta efectiva del Estado colombiano a la Emergencia Humanitaria y en medio de las difíciles condiciones de seguridad, con la finalidad de poner de manifiesto la situación humanitaria y presentar sus proyectos de vida como planes para la permanencia en el territorio.
En resumen, la Caravana, no solo, visibilizó la crisis humanitaria, sino que también reafirmó la resistencia de las comunidades afectadas y su compromiso con la paz, a pesar de los grandes obstáculos que enfrentan.
HALLAZGOS TRANSVERSALES:
- Los grupos paramilitares están intentando y, en muchos casos, consiguiendo el control de procesos organizativos de las comunidades, se han infiltrado en ellas, ocupando cargos en las estructuras de gobierno, como las Juntas de Acción Comunal. Todo ello con un supuesto contenido social, a través de ONGs de derechos humanos y de desarrollo comunitario, que les sirven como fachada. Para ello cuentan con el temor que persiste en la población, impuesto desde hace varias décadas, en complicidad con algunas autoridades civiles, políticas, militares y administrativas.
- Hay asedio y hostigamiento en contra de los líderes y las lideresas de las comunidades con el objeto de hacerles la vida imposible y que abandonen el lugar o la lucha.
- Persisten las judicializaciones de líderes y lideresas sociales, los señalamientos, las desapariciones forzosas, los asesinatos selectivos y las prácticas de violencia sexual.
- Las investigaciones en contra de los victimarios en las regiones que visitamos siguen en absoluta impunidad y no hay reparación ni a las familias ni a sus comunidades.
- Aterrorizan a la población, controlando estrictamente la movilidad bajo la amenaza de sanciones o asesinatos. Esto muchas veces produce en la comunidad dificultades para acceder a la alimentación y a los servicios de salud.
- Destacamos que la conformación de los Frentes de Seguridad Ciudadana impulsada por algunas autoridades civiles, generan alarma en las comunidades por su similitud con las otrora Convivir.
- La crisis humanitaria de la que hemos sido testigos presenta situaciones de agudización de la pobreza y el hambre en las regiones visitadas. Falta de inversión del Estado en las regiones en las áreas de salud y educación y en otros derechos básicos, con pésimas instalaciones y sin recursos.
- Hemos constatado un avance fuerte de los grupos paramilitares: es muy frecuente el reclutamiento forzado de menores y jóvenes como carne de cañón, que son también utilizados para realizar atentados en contra de las instalaciones y personas de procesos sociales.
- Los grupos paramilitares siguen estando al servicio de los intereses económicos nacionales y transnacionales, para el control de economías como el extractivismo, el narcotráfico, recursos naturales en general, como el agua y la madera, y el control de las vías de comunicación y el comercio.
a. Hemos constatado, tanto el negacionismo de la existencia de esta estrategia paramilitar, como la normalización de esta, por parte autoridades locales.
b. El terror generado por el paramilitarismo en las comunidades más vulnerables ha provocado la destrucción del tejido comunitario, de la conciencia colectiva y la memoria. - La propuesta de política de Paz Total es desconocida en muchos territorios.
- Hemos observado la degradación ambiental de las zonas visitadas: ríos contaminados y desaparición de especies, a causa de las fumigaciones y el extractivismo descontrolado.
- En departamentos como: Antioquia, Valle y Sur de Bolívar el movimiento social, defensores de derechos humanos y víctimas solicitan intervención directa del Estado por no tener garantías para la desarticulación del paramilitarismo.
- Estas poblaciones están siendo direccionadas, desde algunos medios de comunicación tradicionales e intereses económicos, políticos, empresariales y criminales, mediante campañas de desinformación, con el fin de construir un potencial poblacional y electoral dirigido a desconocer al gobierno actual y jugar apuestas electorales de corte conservador.
EXIGENCIAS Y DEMANDAS
El Estado debe garantizar los derechos humanos de toda la población, por lo tanto, debe implementar acciones concretas para hacerlos cumplir. Apelamos a las instancias gubernamentales, judiciales, políticas y sociales colombianas. También a las instituciones y organizaciones populares internacionales de los países que conforman la Caravana Humanitaria, demandando apoyo a los procesos de paz y transparencia en las inversiones públicas y privadas en Colombia.
Destacamos las siguientes demandas de las comunidades:
- Implementar los planes de reparación colectiva acompañados de planes de vida y de desarrollo.
- Apoyar la reconstrucción del tejido social y comunitario y la memoria de las comunidades.
- Implementar planes de protección y autoprotección colectiva en las comunidades, como las guardias indígenas, cimarronas y campesinas.
- Acabar con los señalamientos, estigmatización, judicializaciones a los líderes y lideresas sociales, y resto de integrantes del colectivo del movimiento social. Parar el genocidio continuado contra los procesos sociales y comunitarios.
- Desmantelamiento del paramilitarismo, según lo acordado en el Acuerdo de Paz en 2016 y las exigencias de las comunidades antes y ahora. Brindar garantías para el impulso de asambleas y espacios comunitarios para la participación de las comunidades en los procesos de paz.
- Identificar y depurar del ordenamiento jurídico las normas que permiten la subsistencia de prácticas paramilitares, tales como la doctrina de Seguridad Nacional y del Enemigo Interno, que han logrado participación en la creación y connivencia con el paramilitarismo en varios momentos de la historia de Colombia.
- Inversión social efectiva en educación (profesorado, infraestructura, medios tecnológicos…), sanidad, infraestructuras, vías, servicios…
- Reforzar los sistemas educativos de las comunidades, teniendo en cuenta las diferencias étnicas y de género, dando oportunidades de desarrollo profesional a los jóvenes para prevenir que ingresen en grupos armados.
- Declaración de Crisis y de Emergencia Humanitaria, para que el Gobierno ponga en marcha planes y programas que permitan atender la crisis humanitaria de los territorios, también que se incluyan medidas como el desminado comunitario.
Bogotá, 9 de diciembre de 2024
Equipo coordinador Caravana 2024