
La Caravana Humanitaria por la Vida, la Paz y la Permanencia en el Territorio llegó al municipio de Fortul, Arauca, donde se vivieron momentos de memoria, resistencia y compromiso colectivo.
La jornada comenzó con un encuentro con la profesora María Raquel Castro Pérez, dirigente de ASEDAR y sobreviviente de un atentado militar hace 20 años. Como gesto de agradecimiento, entregó ejemplares de su obra a la Caravana.
En las instalaciones de EMCOAAAFOR, empresa comunitaria de servicios públicos, se destacó el modelo de gestión comunitaria liderado por las Juntas de Acción Comunal. Este proyecto ha mejorado la calidad de vida de los fortuleños y resistido frente a la entrada de proyectos extractivistas. La comunidad ha rechazado en tres ocasiones la explotación petrolera, reafirmando su compromiso con la defensa del agua y la soberanía alimentaria.
El alcalde Freddy García resaltó la importancia de apoyar iniciativas que fortalezcan la vida comunitaria y protejan los recursos naturales, fundamentales para la vida de los habitantes.

EMCOAAAFOR: Un modelo de resistencia y sostenibilidad
La empresa, fundada en 1982, garantiza agua potable, alcantarillado y aseo a través de un modelo autogestionado por las comunidades. Sin embargo, enfrenta retos como ampliar la cobertura de agua potable y alcantarillado, y superar la estigmatización y amenazas que recaen sobre sus líderes sociales.
Educación y Derechos Humanos
En un diálogo con ASEDAR, se abordaron las crisis en el sistema educativo: falta de docentes, precaria infraestructura y corrupción en el transporte y alimentación escolar. A pesar de estas dificultades, las comunidades siguen movilizándose por una educación digna y accesible. La violencia también afecta este sector, con docentes amenazados y alumnos desplazados por el conflicto armado.
Fortul es ejemplo de lucha y organización comunitaria, evidenciando cómo la resistencia popular puede construir alternativas frente a las adversidades.


La experiencia vivida por la Caravana Humanitaria en Fortul refleja el profundo valor de la organización comunitaria y la resistencia popular frente a un panorama marcado por el extractivismo, la falta de garantías estatales y los riesgos permanentes que enfrentan los líderes sociales. La Empresa Comunitaria EMCOAAAFOR es un testimonio vivo de cómo las comunidades, cuando trabajan unidas, son capaces de construir soluciones sostenibles que garantizan derechos básicos, como el acceso al agua potable y el saneamiento, incluso en contextos adversos.
Sin embargo, la labor comunitaria no está exenta de dificultades. Las amenazas a los derechos humanos, la estigmatización de líderes sociales y las restricciones legales que limitan el desarrollo de proyectos gestionados desde lo local, revelan un contexto hostil que demanda mayor respaldo y visibilización.